sábado, 12 de julio de 2008

Hipocondría

Síntomas imaginarios que pueden ocasionar graves daños a la salud física, mental y social que requieren de la atención médica psicológica inmediata. Creer que se está enfermo trae muchos problemas. La hipocondría es un problema de salud mental, que se caracteriza por creer que se está padeciendo o que se tiene una enfermedad, por el simple hecho de sentir uno o varios síntomas que en la mayoría de los casos son “inventados” o exagerados. Este problema llega a ser muy severo ya que afecta la calidad de vida de quienes lo padecen y de sus familiares, ya que se sienten impotentes e incapaces de dar ayuda al enfermo. A veces este problema se presenta de forma esporádica y en otras ocasiones es crónico y casi siempre aparece cuando hay crisis o periodos de depresión, soledad, ansiedad o estrés y la persona no sabe como canalizarlos o manejarlos y siente una enorme necesidad de llamar la atención, aunque también son síntomas de una persona con esquizofrenia. La hipocondría es un problema que se presenta con mayor frecuencia en hombres y aunque es más común entre los 30 a 40 años en hombres y entre los 40 a 50 en las mujeres, hay niños y jóvenes que también la padecen y los “enfermos”, viven esperando que el médico les diga que tienen algo grave, para estar tranquilos, aunque poco les dura, porque pronto empiezan a “sentir” nuevos síntomas. El diagnóstico no es sencillo, ya que suelen referir sus síntomas con tanto detalle con relación al lugar afectado, intensidad de las molestias y al momento de su aparición, que para descartar cualquier problema “verdadero”, los médicos tienen que realizar varios exámenes, estudios y análisis, que por supuesto no reportan nada y a lo que el paciente reacciona con duda del diagnóstico, con descalificación del médico y con las visitas a uno y otro consultorio, lo que representa un problema económico severo que afecta a toda la familia. Con frecuencia, este problema se presenta en personas que han padecido alguna enfermedad real, por ejemplo, un niño asmático, tiene más posibilidades de desarrollar un problema imaginario con síntomas no relacionados con el asma. Otras personas se refugian en una enfermedad para llamar la atención, eludir responsabilidades, aplazar o evitar decisiones, desarrollar compasión o mantener a alguien a su lado. El problema principal radica en que toda la vida de la persona se centra en la preocupación por su cuerpo y en el estar pendientes de cualquier síntoma, signo o manifestación que “pueda” indicar algún mal. Tienden a cuidarse en exceso para evitar su “agravamiento” y siempre sienten que no son atendidos adecuadamente por el médico, por lo que consultan a uno y a otro, por lo que la familia termina muy cansada y molesta por sus constantes quejas.

Los hipocondríacos son muy sensibles al dolor físico por lo que un simple piquete, golpe o raspón, suele convertirse en todo un evento y tormento, ya que desean que todos los demás vean como muy grave su problema. La interpretación distorsionada de los síntomas físicos llegan a tener tal peso en su mente y sus conductas, que su calidad de vida se ve totalmente afectada y pueden llegar a presentar cuadros “clínicos” muy peligrosos, o a realizar acciones como el auto medicarse por todo y para todo, con los riesgos enormes que esto conlleva, el realizarse estudios que por su naturaleza representan un riesgo en sí mismos o sumirse en cuadros de depresión intensos al sentir que están al borde de la muerte. Se puede suponer que un persona es hipocondríaca cuando presenta todos los síntomas siguientes:
- El centro de sus conversaciones son las enfermedades.
- Después de visitar un enfermo, leer un artículo o ver algún programa sobre salud, asumen que tienen los mismos síntomas.
- Cuando llegan a presentar distención y molestias abdominales, calambres musculares, dolores de cabeza, sudoración excesiva y aumento de frecuencia cardiaca sin motivo aparente alguno.
- Cuando investigan sobre medicamentos o remedios de todo tipo de enfermedades y los compran con el fin de probar su efectividad.
- Cuando consultan a varios médicos cuando estos les han comentado que no padecen ninguna enfermedad.

Aunque el médico intuya que se trata de un caso de hipocondría, es conveniente realizar estudios para descartar que efectivamente no exista ningún daño real y además porque el enfermo tiene derecho a recibir atención para su tranquilidad. Entre los estudios recomendados están los análisis de sangre y orina, radiografía de tórax, electrocardiograma y otros que el médico considere necesarios, según los síntomas que refiera el enfermo. En la elaboración de la historia clínica es necesario considerar el listado de enfermedades que refiera el enfermo, así como los resultados de los “tratamientos si los hubo”.

El diagnóstico se establece cuando:
- Después de los exámenes realizados, no se encuentra nada.
- La preocupación del enfermo es excesiva y el temor de estar enfermo persiste provocando estrés o afectando su vida personal en todos sentidos.
- Cuando los síntomas no se deben a ataques de pánico u otros padecimientos mentales.
- Cuando se acuse a los médicos de fallar en su diagnóstico.
En estos casos una consulta con un médico psiquiatra es recomendable para una mejor evaluación y establecimiento del tratamiento adecuado, sin embargo no es sencillo que el enfermo lo acepte, porque no se admite fácilmente que se sea hipo
condríaco. Si bien el médico debe evaluar la necesidad de medicar o de realizar estudios o no dependiendo de la revisión y de la descripción de los síntomas, debe demostrar interés y disposición y evitar discusiones aumenten el estrés, miedo, frustración o tristeza.

Osteoporosis

La osteoporosis se desarrolla de manera silenciosa afectando al sistema óseo. La estructura base del cuerpo esta formada por los huesos. La osteoporosis es una enfermedad que afecta al sistema óseo y se caracteriza por el deterioro progresivo del tejido óseo y la calidad de los huesos, debido a la pérdida normal de calcio y otros minerales. Es una enfermedad que se desarrolla de forma silenciosa y en sus primeras etapas no produce molestias, pero puede ser muy peligrosa por los riesgos que conlleva, como fracturas en personas de edad avanzada que impliquen cirugías costosas y con mucha necesidad de rehabilitación. Los principales riesgos de fractura se presentan en la columna vertebral, fundamentalmente por aplastamiento o desgaste en las vértebras, en las muñecas y en la cadera. La compresión de las vértebras origina la disminución de altura y una deformidad que generalmente se conoce como joroba de viuda. Es una enfermedad que afecta principalmente a personas en edad avanzada y de forma especial a las mujeres, ya que se calcula que aproximadamente el 30% de las mujeres posmenopáusicas la padecen y su incidencia aumenta con la edad. La menopausia es uno de los principales factores de riesgo de la osteoporosis y se debe a la disminución de los niveles de estrógeno una hormona que es fundamental para la fijación del calcio. Sin embargo mediante el conocimiento, la prevención y el desarrollo de estilos de vida saludables, esta enfermedad se puede evitar y controlar adecuadamente.

Importante

El contenido de esta nota, no sustituye al diagnóstico médico, se presenta solamente como información y por lo mismo no nos hacemos responsables sobre su uso.

Referencias:
Remedios, curaciones y tratamientos médicos. Readers Digest.
Las enfermedades crónicas. Samuel Hahnemann.
La osteoporosis. Kathleen Mayes.

Artrosis

Con la edad, los cartílagos se desgastan ocasionando artrosis, enfermedad muy dolorosa que se puede prevenir y controlar. Los adultos mayores son los perjudicados por la artrosis. La artrosis es el resultado de un proceso normal de envejecimiento del cuerpo que afecta a la mitad de los mayores de 65 años y a las tres cuartas partes de los mayores de 75 años. Es ocasionada por el desgaste del cartílago, que es el tejido que recubre los huesos en las articulaciones y que con el paso de los años, desarrolla pequeñas grietas, provocando dolor y rigidez. Las articulaciones más afectadas son las que soportan más peso del cuerpo, por lo que el dolor aparece principalmente en la columna vertebral, las caderas y las rodillas. Esta enfermedad no es incapacitante, pero sí muy molesta y dolorosa y se puede prevenir y mejorar si se lleva una vida activa y una dieta sana, se mantiene un peso adecuado y se realiza ejercicio constantemente.

Los síntomas de la artrosis fundamentalmente son dos:
- Dolor agudo en alguna parte del cuerpo, que empeora con el movimiento y se calma con el reposo e
- Inflamación o hinchazón dolorosa en cualquier articulación, codos, rodillas, dedos, muñeca, tobillo.

Los alimentos recomendados en la dieta para prevenir y mejorar la artrosis son las verduras de hoja verde, crudas o ligeramente cocidas, el brócoli, las zanahorias, el apio crudo, el salmón, la sardina y otros pescados. Es importante evitar los alimentos con muchos carbohidratos y disminuir el uso de la sal como condimento. Para prevenir la artrosis o controlarla adecuadamente es muy recomendable el ejercicio físico, caminar diariamente o nadar, aumentando poco a poco el tiempo de la práctica es muy útil. También la gimnasia acuática es ideal y un buen sustituto de la natación, sobre todo para quienes no saben o no pueden nadar. Otra medida para el control, son los ejercicios de estiramiento, que sirven para aumentar la flexibilidad. Sin embargo no hay que forzar demasiado sobre todo si se trata de movimientos que sobrecarguen la rodilla o la cadera, como el pedaleo.También es importante no cargar bultos, no doblar demasiado las rodillas o cintura y usar zapatos o zapatillas cómodos con suela acolchada para reducir la presión sobre las articulaciones.

viernes, 11 de julio de 2008

Agotamiento Profesional

El síndrome de Burnout (“estar quemado”) es una patología que se comenzó advertir allá por el año 1974 por observaciones descriptas por el psiquiatra norteamericano Herbert Freudenberger quién trabajaba en una clínica para toxicómanos en Nueva York. Observó que al cabo de un año de trabajo, la mayoría de los voluntarios sufría una progresiva pérdida de energía hasta llegar al agotamiento, evidenciar síntomas de ansiedad y depresión, des motivación en su trabajo y agresividad para con los pacientes.

Esta patología no es privativa de los profesionales o trabajadores de las distintas ramas que atienden temas relacionados con la salud. Los profesionales o empleados, enfermeras, médicos, maestros, etc. que trabajan en contacto directo con otras personas suelen padecer este síndrome.

Los problemas internos entre la empresa y el individuo pueden ser uno de los factores que generan un empleado "quemado" (Burnout). "La desorganización en el ámbito laboral pone en riesgo el orden y la capacidad de rendimiento del empleado" . Esto sucede, generalmente, cuando no hay claridad en los roles y las tareas que cada uno debe desempeñar. También la competencia desmedida entre los compañeros, un lugar físico insalubre para trabajar y la escasez de herramientas, útiles o medios suelen ser indicio de desorganización. Otro factor que influye es el individuo y su capacidad de adaptación, "dos personas pueden trabajar juntas y bajo el mismo nivel de presión y complicaciones, en ocasiones una se estresa y la otra no".

La incertidumbre, la disminución en la contención social, la inseguridad laboral y la escasa atención por parte de las empresas e instituciones a las condiciones de trabajo, hacen de disparador para que el Burnout haga sus primeras apariciones.

Es sabido que este tipo de patología no se presenta de modo constante y sí lo hace con oscilaciones y variaciones de intensidad (se sale y se entra). Con frecuencia es difícil establecer hasta que punto se padece el síndrome o simplemente se sufre el desgaste propio de la profesión y donde esta la frontera entre una cosa y la otra.

Es importante saber que en un 5 al 10% de los casos se presenta con una virulencia tal que resulta irreversible.


Aeróbicos

No sólo los viejos necesitan realizar un programa de entrenamiento, apropiado a su condición corporal y edad. La actividad física es importante durante toda la vida, y sus beneficios son innumerables. Control del peso, flexibilidad articular, tonicidad muscular, combate al estrés, son algunos de ellos. Pero la resistencia cardiovascular es quizá una de las ventajas más importantes del entrenamiento.

Cuando realizamos ejercicios de cierta intensidad durante más de dos minutos, nuestros músculos requieren un importante aumento del aporte de oxígeno. Estas actividades se denominan aeróbicas, y obligan a quien las realiza con regularidad a aumentar la resistencia cardiovascular. Esta consiste en la capacidad continuada de la sangre para llevar el oxígeno a las células, suponiendo la eficiencia del corazón y los vasos sanguíneos para bombear y transportar el suficiente volumen de sangre a cada parte del cuerpo, en especial a los músculos más activos durante el esfuerzo. Pero supone también la capacidad de los tejidos, de cada una de sus células, de procesar ese aporte de oxígeno y eliminar los residuos que provoca el proceso.

Llegada cierta edad, y sobre todo cuando se ha llevado una vida sedentaria y la alimentación no ha tenido en cuenta el debido balance de lípidos, esta capacidad puede descender, poniéndonos en peligro de accidentes vasculares.

Como otros, el músculo cardíaco es capaz de desarrollar resistencia cuando lo enfrentamos al esfuerzo. Si logra funcionar eficazmente durante un tiempo prolongado bajo exigencias superiores a las normales, no tendrá luego mayores problemas para acompañarnos con su bombeo en nuestra vida cotidiana, mucho más relajada. Pero tampoco se verá sorprendido ante situaciones que requieran de su rápida reacción.

Sin embargo, el corazón no es capaz de hacer funcionar el sistema cuando no está acompañado por vasos sanguíneos sanos. El esfuerzo cardiovascular mantiene en buena forma el tejido de estos vasos, lo hace resistente y flexible, y la sangre puede ser transportada a través de ellos con menor esfuerzo.


Vejez y Calidad de Vida

La llamada "tercera edad" comienza alrededor de los 60-65 años, y en ella se producen cambios físicos debido al desgaste propio de las células; cambios materiales por la pérdida del poder adquisitivo con motivo de una disminución de ingresos; cambios emocionales producidos por la pérdida de seres queridos, etc. La capacidad de adaptación a estos cambios requiere mucho de voluntad y la incorporación de ciertas prácticas cotidianas que tal vez en etapas anteriores de la vida pasaban a un segundo plano. Una de ellas consiste en re dimensionar la importancia de la actividad física para posibilitar una vida saludable desde todo punto de vista, pero sobre todo para ayudar al funcionamiento del organismo en cuestiones tales como los riesgos coronarios y la presión arterial.

Alimentarse de manera adecuada es la primera condición para resguardar la salud, en ésta y las demás etapas de la vida. Tanto la mala nutrición como la obesidad causan periódicamente la muerte de muchas personas. Hay muy pocos obesos que llegan a cumplir los 80 años de edad. Mantenerse en movimiento es la segunda norma a tener en cuenta. El excesivo reposo puede debilitar los músculos y hacer más lenta la circulación sanguínea. No es necesario acudir a un gimnasio para realizar una actividad física adecuada: una caminata diaria de al menos unos 40 minutos ayuda notablemente a controlar la presión arterial y los problemas de corazón. Los paseos en bicicleta, la natación, las actividades en el jardín, etc., son buenas opciones para resguardar la salud cardiovascular.

Con el envejecimiento, nuestras venas y arterias se vuelven más sensibles y más predispuestas a ciertas enfermedades, por lo que las alteraciones vasculares son frecuentes en la vejez. Las arterias son los vasos que llevan la sangre desde el corazón a las demás partes del cuerpo: son grandes distribuidoras de sangre que irrigan a nuestro organismo. En tanto, las venas son los vasos que conducen la sangre desde todas las partes del cuerpo hacia el corazón, constituyendo una red colectora.

El envejecimiento de venas y arterias se caracteriza por el engrosamiento de los vasos. Se producen alteraciones en las capas interiores de los mismos, lo que provoca el endurecimiento y causa la disminución de la luz interior que las arterias necesitan para permitir una buena circulación sanguínea. Esto produce un aumento de la tensión sanguínea que, cuando se manifiesta en forma persistente, recibe el nombre de hipertensión arterial.

La hipertensión es un factor de riesgo muy importante en todo tipo de enfermedades cardiovasculares, incluyendo el accidente cardio y cerebro vascular.

Preparando la Vejez

El tiempo pasa rápido y con un estilo de vida saludable se puede preparar una vejez sin tantas complicaciones.

La vejez es una etapa de la vida en la que se necesita cariño y comprensión.

Hay ancianos y ancianas cuya capacidad de memoria, retención y agudeza mental es sorprendente. Ello se debe por un lado a que genéticamente estaban privilegiados, pero también a que han mantenido activo su intelecto a través del estudio, la lectura y la comunicación humana.

La forma de enfrentar la vejez tiene que ver mucho con el sentido del humor y la capacidad de resolver los problemas. Muchos ancianos proyectan y transmiten paz y son un consuelo para los niños, jóvenes y adultos que viven en situaciones de estrés constante sin saber cómo manejarlas, porque la vida les ha enseñado cuáles son realmente las cosas importantes y cómo salir de los problemas a pesar de las situaciones a las que todos tenemos que enfrentarnos .

Desarrollar alguna habilidad manual y/o elegir un entretenimiento desde jóvenes, ayudará a manejar el tedio, aburrimiento y la soledad.

Si ahora nosotros ayudamos y procuramos lo mejor para nuestros ancianos, estamos dejando una enseñanza en nuestros hijos y jóvenes, para que cuando llegue el momento, ellos hagan los mismo con nosotros.

Los ancianos podrán tener el cuerpo frágil, pero su mente sagaz, es capaz de absorber todos los estímulos que los rodean, por ello deben rodearse de cariño, música, alegría.

Sin exponerlos al peligro de su fragilidad, las personas mayores deben ser partícipes de las tareas del hogar, tener responsabilidades que cumplir y participar en la toma de decisiones, su opinión es a veces mucho más valiosa y certera que la de muchos de nosotros, por que tienen experiencia.

El ejercicio físico practicado desde jóvenes, es fundamental para conservar los músculos y huesos sanos, además las personas mayores deben seguir ejercitándose, por lo menos al caminar, subir y bajar escaleras y estar lo menos sedentarios posibles.

Pero de todo lo que se debe hacer mejor, para preparar la vejez, es establecer un estilo de vida saludable en el que se tome en cuenta:
- La alimentación, balanceada, evitando en consumo excesivo de carbohidratos y grasas.
- Tomar mucho agua durante el día.
- Evitar el consumo de cualquier droga: tabaco, alcohol y drogas ilícitas.
- Hacer ejercicio diariamente, 20 minutos de caminar al día es suficiente para mejorar las condiciones generales.
- Atender a tiempo cualquier enfermedad y cumplir con los tratamientos completos.
- Dormir por lo menos 8 horas diarias y descansar durante el día entre jornada y jornada.
- Reír y fortalecer el sentido del humor.
- Evitar y controlar las situaciones de estrés y atender las depresiones.